Hasta hoy no había tenido la oprtunidad de hacer torrijas, las veía y pensaba que debía ser algo laborioso y que la operación bikini no lo permitía.
Pero este año, ahí están, después de leer algún post que otro sobre ellas y me he decidido, y creo que el resultado ha sido muy bueno.
La verdad es que no tiene mucho misterio y sólo como toda la cocina familiar, requiere paciencia y mucho cariño.
Ingredientes:
1 barra de pan especial para torradas, o pan que nos haya quedado de un día para otro.
1 litro de leche (750 de leche semidesnatada y 250 de leche ideal)
1 palo de canela
1 piel de naranja
2 cucharadas de azúcar
3 huevos
Azúcar, (mix de azúcar blanquilla, morena y un pelin de canela)
Aceite
Primero de todo, compre el pan en el super y como venía en una bolsa de protección, lo saque y lo deje al aire de un día para otro. Evitando que se pusiera revenido y correoso.
Puse la leche con 2 cucharadas de azúcar, la canela en rama y la piel de naranja. Estuvo hasta que arranco a hervir, en ese momento lo separamos y dejamos por lo menos 30 minutos para que infusione y se vaya enfriando.
Mientras fui cortando el pan en rebanadas de aproximadamente 2 dedos.
Las coloque en un recipiente plano unas al lado de otras. Cuando la leche esta tibia, la puse por encima y poco a poco se fue absorbiendo. Hay que vigilar que quede bien impregnada pero que no tenga demasiada leche. Yo las saque y las fui colocando en una fuente plana, de esta forma controlé la cantidad de leche.
Se prepara la sarten con el aceite y cuando está a punto, primero se reboza en huevo y se van colocando en la sartén. Vigilamos que se vayan dorando por los dos lados evitando que se pongan muy oscuras. Las sacamos a fuente con papel absorbente y al momento las rebozamos en el mix de azúcar.
Ya las tenemos listas.
